Frente a frente

Para ayer se esperaba el dictamen de la comisión legislativa visitada por el Circo del Soley (yo escribo esta columna los días miércoles), en el que sin duda se pedirá la cabeza del Ministro Jiménez.

Don Melvin no fue convincente al sostener que él no sabía de los temas a tratarse en la reunión Soley – Brenes. La credibilidad se le cayó tras reconocer que supo de antemano de la reunión pues su vice le había dicho que iba a reunirse con la procuradora, y nadie puede creer que ante tal aviso no hayan conversado de previo sobre la razón del encuentro y los puntos a tratar. Y para colmo de males, no supo llevar la situación a posteriori. El Ministro de la Presidencia salió rasurado de la comisión legislativa, pues hasta el bigote perdió su titular.

En cuanto a que si hubo o no amenazas y ofertas de Soley a Brenes, nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero coincido con la comisión de que hay indicios a favor de Brenes y en contra de Soley.

Si bien los diputados se quedaron sólo con la “percepción” de doña Ana Lorena de que fue “amenazada” (término que no fue iniciativa de la procuradora, sino producto de una pregunta de Ottón Solís), e igual en cuanto a las ofertas de embajadas y/o puestos directivos, y don Daniel lo negó rotundamente y dijo que la procuradora “mentía” (de nuevo un término que planteó don Ottón durante una pregunta), el ex vice tuvo una pifia imperdonable. Al mejor se le cae el Zapote.

Don Daniel ya iba debilitado a la comparecencia dada su renuncia -¿por qué renunciar si el terreno estaba parejo?- si bien iba desarrollando exitosamente el guión de su exposición, la secuencia y credibilidad se le cayeron cuando no explicó de dónde sacó doña Ana Lorena los nombres de las embajadas que ella enumeró.

Al dar la procuradora puntualmente los nombres de los países “ofrecidos”, ello le dio credibilidad a su discurso, y aunque inexplicablemente ningún diputado ni periodista le preguntó a Soley al respecto, él debió decir por su propia iniciativa, por ejemplo, que “cuando se habló de algún trabajo en el exterior ella preguntó –además del salario, que el ex vice sí dijo ella había consultado- en cuáles embajadas habría disponibilidad, y se mencionaron...”. Pifia del guión que dio al traste con un final que se pintaba exitoso y feliz para don Daniel.

Para terminar el comentario, vámonos al inicio de todo: ¿quién dijo a La Nación que Soley le había ofrecido una embajada a Brenes a cambio de su renuncia? La Nación editorializó que no fue la procuradora –¿para qué brincar si el piso está parejo?- y doña Ana Lorena aseguró durante su comparecencia legislativa que sólo había comentado el encuentro “con familiares y allegados del despacho”.

Entonces, si no fue la procuradora, o fue o un “familiar” o fue un “allegado del despacho”. Me inclino por concluir que el “vocero” fue un “allegado del despacho”, probablemente con contactos en La Nación, posiblemente un miembro del equipo de prensa de la Procuraduría, y considero indudable que el soplo lo diera con el consentimiento de la procuradora, lo que nos lleva a preguntarnos: ¿Cuál sería la intención de la Sra. Brenes de hacer público el escándalo antes de darle tiempo al presidente Solís de actuar…?. ¿Será que cree que el fin justifica los medios?

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Viernes 30 Enero, 2015

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Mario José Zaragoza ([email protected])