Con la aparición de los primeros rayos del sol, David Elizondo Marín se da a la tarea de recolectar madera de jícaro o bambú en los bosques del Palenque del Sol, en Guatuso de Alajuela. Posteriormente sobre éstos talla novedosas máscaras propias de la cultura Maleku, acompañadas de los animales más sobresalientes de la zona.
Cada una de las obras surge mediante un juego de colores, donde se une la escultura y la pintura para narrarle una historia al espectador.
La técnica de arte que practica desde hace varios años, se la mostró a los peatones que pasaron por el Parque Central de San José, en una de las ferias que se llevó a cabo recientemente.
TALENTO EMPÍRICO
El artista manifestó a DIARIO EXTRA que inició con la actuación de teatro para interactuar con las personas, y más adelante la complementó con la confección de las diferentes artesanías.
“Mi lema es “volvamos a nuestras raíces, cuidemos la naturaleza”, comencé con esta modalidad hace 10 años, buscaba un camino con el cual identificarme, e ingresé al teatro y lo llevé de la mano con el corte artesanal. La idea es divulgar un poco de los malekus. Es importante que la gente sepa que no daño el ambiente, lo que utilizó como materia prima es parte de los desechos propios de los árboles”, apuntó.
ESMERADA LABOR
En su taller ubicado en territorio indígena, y bajo el sol intenso, se arrolla las mangas y le da rienda suelta a la creatividad. Como parte del procedimiento, contó con sumo recelo que en un primer paso prepara la madera, seguidamente la seca, la lija y la moldea. En cada pieza tarda hasta dos horas.
“Un tucán -por ejemplo- forma parte de los cantos sagrados, pero básicamente me acomodo conforme a la madera y lo que ella me permita plasmar. En cuanto a los colores que aplico a los animales, es para resaltar más la obra. Si son aves, se me puede ocurrir un tono oscuro, me inclino muchas veces por la fauna en riesgo de extinción”, expresó.
RITUALES VARIADOS
Las máscaras representan poderío a la hora de los bailes característicos, o bien en rituales que practicaban en antaño.
Los guatusos conservan rasgos físicos y culturales, componen uno de los grupos más pequeños del país, conformado entre 600 y 1.000 personas.
Antes de la colonización española, su territorio se extendía hacia el norte hasta el volcán Rincón de la Vieja, e incluyó al Lago Cote y al Río Celeste al oeste, y al volcán Arenal al sur como sitios sagrados.
“Busco que las nuevas generaciones no pasen desapercibidas sobre cómo es y fue nuestra vida. El área es rica en cuanto a flora y fauna, y también es importante que la protejamos. Esa es una tarea de todos y el arte es rico para ello”, finalizó.
PERIODISTA: Laura Morales Sánchez
CRÉDITOS: Fotos: Alex Brenes, corresponsal
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Miércoles 18 Junio, 2014
HORA: 12:00 AM
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