Treinta y seis villas lemax iluminadas forman parte del gran tesoro de Andrés Molina, un niño de San Diego de La Unión, que ama la Navidad y tiene claro el significado de la época.
“Para mí la Navidad es el mejor regalo que Dios le dio al hombre, su Hijo”, detalla el joven estudiante de quinto grado, quien ama cada una de sus casitas iluminadas.
La colección que hoy ocupa el cuarto de televisión de la casa y se expone durante diciembre es la atracción de los niños y adultos del barrio.
“Nosotros lo compartimos con los vecinos para que vean cómo queda”, detalló el coleccionista, quien empezó hace cuatro años buscando una forma diferente de celebrar la Navidad.
Doña Katia Molina encontró una forma de premiar el buen rendimiento de su hijo en la escuela regalándole lo que a él le gusta; poco a poco la familia empezó a unirse a la donación de regalos que hace más grande la colección que hoy es la atracción de los visitantes.
UNA SEMANA PARA INSTALARLAS
Las viviendas iluminadas se instalan durante una semana, cada una se encuentra en su caja original y con sus accesorios que Andrés se encarga de armar y darles el toque personal.
“Con la ayuda de todos los de la casa las ponemos, tienen cables por debajo y están montadas en unas mesas que compramos y en cajas de estereofón”, detalla Andrés, sin quitar los ojos de su amada colección.
El día que inauguran la puesta de las villas se hace un conteo, se encienden y luego comparten entre amistades alguna bebida.
“Cuando vienen chiquitos yo estoy pendiente de que no las toquen porque las cuido mucho y quiero que me duren por muchos años para seguir con esta tradición”, manifestó el pequeño con una alegría contagiosa.
El acomodo de la colección va por partes porque se exhiben en una plataforma que tiene varios pisos y Andrés se toma el tiempo junto con su abuelo Ricardo y su mamá Katia arman cada uno, según su gusto; cada año es diferente porque él varía la forma en que los ordena.
Hasta un televisor viejo que un vecino botó le sirvió a este coleccionista para meter una de sus colecciones que le regaló su abuela.
FUTURO ARQUITECTO
Por el talento de Andrés se podría hablar de que el país contaría con un futuro profesional en arquitectura, sin embargo, él reconoce que le agradaría mejor se chef, aunque detalla que le gusta el diseño y es muy perfeccionista; cree que esto le ayudaría a ser un excelente arquitecto, habilidades que pone en práctica cada año, cuando diseña su ciudad mágica para la Navidad.
Por el momento el menor no piensa parar de comprar nuevas villas en movimiento y aunque todas tienen un especial significado hay una que simula una fábrica de galletas, que le encanta por su diseño y su música, la cual fue adquirida el año pasado.
“El hobby empezó porque un día lo llevé a una exposición de lemax en un centro comercial y a mí me gusta mucho que lo tenga porque le permite fijarse metas y tener la mente dedicada a un objetivo y se olvide de otras cosas que no son apropiadas para la edad de él”, detalla su mamá Katia Molina.
El cumpleaños, sus buenas notas y acciones son algunas de las razones por las que Andrés recibe una nueva villa que agranda la colección de 36 casitas.
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CRÉDITOS: Fotos: David Barrantes
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Viernes 19 Diciembre, 2014
HORA: 12:00 AM
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