Para el actual obispo de Cartago, José Francisco Ulloa, llegar a medio siglo de ejercicio sacerdotal se resume en “50 años de alegría y servicio a Dios”.
Monseñor Ulloa nació en Cartago el 1º de octubre de 1940 y reconoce que si no hubiera sido sacerdote sería psicólogo. Afirma que uno de los momentos más difíciles que enfrentó en su labor pastoral fue cuando debió sacar a un estudiante del seminario; 29 años después, de esa difícil decisión el tiempo le dio la razón.
Panchito, como le llaman de cariño, se crió en los potreros de Cervantes y Cipreses, a los tres años de edad perdió a su papá; por eso quedó bajo el amparo de su mamá doña Berta Rojas, a quien admira por su valentía y amor a Dios. Ella fue quien transmitió el amor de Dios a sus tres hijos: Francisco, José Rafael y Ana Isabel.
Doña Berta tuvo la oportunidad de ver su trayectoria pastoral de su hijo, desde que fue ordenado sacerdote hasta su nombramientos como obispo de Cartago en el 2005, por parte del papa Benedicto XVI.
Su madre lo dejó de acompañar físicamente hace dos meses y de ella el obispo recuerda que fue una mujer iluminada por Cristo.
CAMINO AL ANDAR
A sus 74 años este campesino de pura cepa entiende muy bien las calamidades de los agricultores porque en su infancia y adolescencia ejerció labores agrícolas. Por eso visita las comunidades bajo su tutela sea a caballo o a pie para llegar a los feligreses, quienes lo esperan para pedir el consejo sabio de aquel que escogió la vocación de servir.
En 1964, a sus 24 años de edad, fue ordenado sacerdote y su primera misa la ofició el 20 de diciembre en el templo parroquial de Cervantes de Alvarado.
Sirvió cuatro meses en la parroquia de La Inmaculada Concepción de Heredia y de ahí pasó a la Iglesia La Soledad, en San José, desde donde partió hacia Roma a estudiar sociología pastoral. Después de terminar sus estudios se trasladó a México donde estuvo cinco años formando parte de un grupo que puso en práctica las enseñanzas del Concilio Vaticano Segundo.
Luego de su experiencia en México, estuvo 20 años en el Seminario Mayor como director y profesor. De la academia pasó durante cuatro años como párroco de la Basílica de Los Ángeles.
De nuevo los planes de Dios le cambian su lugar de trabajo y lo envían para la diócesis de Limón donde estuvo 11 años. Finalmente en el 2005 recién iniciaba su pontificado el papa Benedicto XVI cuando lo nombra el primer Obispo de la Diócesis de Cartago, donde concluiría su trayectoria porque el próximo año cumplirá la edad para retirarse de las labores formales religiosas y “acogerse” al retiro.
