La confianza de los ticos respecto al futuro económico del país prácticamente se derrumbó en los últimos 6 meses del año.
Las cifras son contundentes, los consumidores optimistas pasaron del 26% a un raquítico 15%, en cuanto a expectativas del desempleo 61% considera que podría seguir en alza, además el 60% de los costarricenses ve con resignación el aumento de la pobreza, mientras que el 42% cree que van a perder capacidad de compra.
Sobre la percepción de la política económica y social del gobierno, 52% opina que se hace un “trabajo pobre”.
A nivel general, la confianza de los consumidores alcanzó en noviembre un 40% (en una escala de 0 a 100), 9 puntos menos que en mayo cuando se ubicó en 49% y 3 puntos por debajo de lo que estaba en agosto pasado. 43%. A esto hay que sumar que 25% de los consultados cree que podría quedarse sin trabajo en los siguientes 12 meses.
El punto más alto de confianza se dio en mayo pasado, precisamente para el cambio de gobierno, “después vino la realidad y lo que dicen (los consumidores) es que no están confiando en lo que están viendo”, reveló el investigador Johnny Madrigal.
Lo que se demuestra es un patrón definido de consumidores cada vez más insatisfechos con sus expectativas hacia la economía nacional y la administración de Luis Guillermo Solís.
Los números conllevan que el costarricense se endeude y consuma menos, esto provoca un retroceso en la producción y el dinamismo económico del país. La bronca es que entre más pesimismo e incertidumbre, el deseo de gastar y de endeudarse baja.
A esto se suma que 53% de los consumidores cree que en los próximos años va a haber periodos de crisis, la proporción de familias que piensa que va a estar mejor bajó al 29%, hace 6 meses era el 42%, a resumidas cuentas la confianza en el futuro está por los suelos.
Estas son las conclusiones que arrojó el reciente encuesta de Índice de Confianza del Consumidor (ICC) realizada por la Universidad de Costa Rica (UCR), en la cual se consultaron a 711 cabezas de hogar.
Una de las particularidades es que esto sucede en plena época navideña, cuando, se supone, se cuentan con condiciones para mejorar la confianza; el aguinaldo pronto estará en la calle, ya vienen las ofertas del viernes negro, la Navidad y las fiestas de fin de año están cercanas.
¿POR QUÉ?
El investigador Johnny Madrigal reiteró, esto se da por una suma de hechos como la reciente huelga de trabajadores de los puertos de Limón, además la discusión en la Asamblea Legislativa del proyecto de presupuesto también contribuye a este fenómeno.
“No podemos separar el ambiente institucional, político y social de la encuesta, afecta”, detalló.
Otro factor que suma es que el gobierno no pudo cumplir con las promesas de bajar el precio de la luz y los combustibles, “esto tiene un impacto inmediato en los bolsillos de los costarricenses”, acotó.
“La gente tiene incertidumbre. Está en una situación que no sabe lo que pueda pasar y desconfía mucho”, señaló el experto.
ARRANQUE IGUAL QUE LAURA
Tomando en cuenta este índice, se podría decir que el gobierno de Luis Guillermo Solís se parece al de Laura Chinchilla, al menos en su arranque, en ambas administraciones se inició con un pico alto en la confianza pero conforme pasaron los meses dichos índices cayeron.
En el caso de la expresidenta Chinchilla esa confianza bajó durante todos los años, el reto del nuevo gobierno es encontrar el camino para que el costarricense vuelva a creer en la economía nacional.
