Viernes 19, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Deber, Derecho y chulería

España es un Estado de Derecho donde florece, con más fuerza pinturera que los girasoles de Van Gogh, la libertad de expresión. Tertulias de radio, de café, de calle, de TV, libérrimas opiniones y discutibles debates mediáticos porque leer, escuchar, hablar, que poco cuesta, atrae atención multitudinaria de la piel de toro.

 

El tema punzante, que hoy ocupa pasión nacional y extrafronteras, es la pretensión del 37% de los catalanes de hacer casa aparte. Independizarse del resto peninsular español. Y el Gobierno de Madrid, apegado a la Constitución, rechaza cal y canto la publicitada pretensión. Los más grandes empresarios locales tampoco aceptan el vuelo surrealista de los sediciosos.

 

Hay que rozar la ciudadela de Perogrullo para explicar la apoteosis trivial del conflicto.

 

Dos condenas del Tribunal Constitucional no bastaron a los dirigentes de la Generalitat para continuar, alta voz, provocando al supremo guardián de la integridad del país, que es el gobernante español de turno. Y en el delirio secesionista se planteó el 9 de noviembre un sucedáneo de consulta popular para fingir el apoyo de Cataluña para la separación de España.

 

La farsa electoral, simulacro, entre otros justos calificativos, careció de censo, mínimas garantías de voto, podría repetirse el sufragio al gusto del más entusiasta soberanista, ampliado a personas desde 16 años de edad y vigilado por los propios separatistas. Un insulto a la democracia.

 

Las desmontables urnas de cartón acogieron a 2.305.290 opiniones. Con 1.861.753 por el sí. Los potencialmente registrados para emitir voto son 6.228.531 ciudadanos. La diferencia negativa contra la fractura territorial es clara, pero los empecinados que ofrecen paraíso utópico, si navegan como supuesta nacionalidad solitaria, estiman y propalan, vendedores mentirosos, que el resultado del 9-N fue “un éxito rotundo”.

 

Cataluña nunca ha sido región independiente ni siquiera potestad de conquista.

 

Es una de las 21 autonomías de España con 32.114 kilómetros cuadrados de superficie y siete y medio millones de habitantes. Todo hay que decirlo: asume el mayor y pujante desarrollo sobre el resto de las otras comunidades hispanas, pero con evidente ausencia de solidaridad -los hechos hablan- respecto a sus pares. Se siente superior. Y presumidos… son.

 

Lideran la soledad catalana un grupo de dirigentes que sueñan con ser históricamente los inmortales progenitores de una nueva criatura, ambiciosa y cerril, mientras destacadas personalidades del grupo de vanguardia independentista son acusados, in fraganti, padres e hijos, de descomunal y soberbio monumento a la corrupción.

 

Cuatro delitos imputa a Artur Mas, líder del esperpento, presidente de autonomía, la Fiscalía General del Estado para un proceso que inicia su itinerario judicial: 1) Delito de desobediencia. 2) Obstrucción a la justicia o usurpación de funciones. 3) Prevaricación administrativa. Y 4) Malversación.

 

La chulería demagógica, el tono agresivo, el desprecio continuo a la vida en común, que disfruta de una gloriosa herencia de 500 años, se discutirá en los tribunales para poner en juego la verdad de cada quien. Surge la ruta de los juzgados y emerge el Código Penal especificando sanciones, penas, de hondo calado.

 

Y regresamos al inicio. Bla, bla, bla, Libre expresión. Plato exquisito para la oposición y tertulianos de variado signo, a favor, tibios y contra acciones e inacciones del gobernante.

 

El novel secretario socialista, Pedro Sánchez, arremete contra Mariano Rajoy, jefe de Gobierno, conservador, porque, dice, sería mejor “marear la perdiz” política antes de arribar a los tribunales. Otros, aparentemente indiferentes, piensan y dicen igual.

 

El (ex) dirigente socialista Francisco Vázquez tomó como referente democrático a John F. Kannedy recordando el envío de tanques para apagar las furias del apartheid USA y nada pasó. Aconsejada fórmula de aplicar la fuerza militar contra las histriónicas bravatas de los incendiarios catalanes.

 

Discutir políticamente el futuro de Cataluña, antes de permitir que la ley actúe, sería aceptar un derecho que los revoltosos no tienen. Por otra parte, si la invitación de La Moncloa se formalizase, en vez de diálogo se provocaría un monólogo: sólo escuchar -y aceptar- la jactanciosa exigencia de quienes desafían arrogantes la integridad territorial.

 

Artur Mas pretende imponer su visión partidista sobre la ley. La querella supone, desde luego, que florezca el victimismo.

 

El martirologio. Son gajes del problema. Pero la verdad, que nos hace libres, impone la razón absoluta: nadie sobre la ley.

 

Ni siquiera el desleal fanfarrón, que hipnotiza a un importante sector de paisanos, cuando el 70% del pueblo de Cataluña aprobó la actual Constitución española que Rajoy se empeña en hacer cumplir, como le corresponde.

 

Platón advirtió que la burla y el ridículo son, entre otras injurias, las que menos se perdonan.

 

La valentonada burlona, engañosa, fanática e imperdonable de Artur Mas choca frontalmente con la ley. Dura lex, sed lex.

PERIODISTA:

EMAIL:

Jueves 27 Noviembre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: José María Penabad López

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA