Al inicio de la administración Solís, un ministro desconocido para la administración pública asumió el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), aún con todo el conocimiento sobre el negocio, la entrada a la administración gubernamental no fue fácil al enfrentarse a la burocracia tica.
Wilhelm von Breymann, de padre alemán y madre costarricense, enfrentó el conflicto por el cobro de impuestos y la sumisión a la rectoría del MEIC. Ahora busca recalificar las categorías que brindan servicios como restaurantes y hoteles, inscribiéndolos como se hizo en la década de los 80's.
Para tratar estos temas y la situación real del sector, se reunió con Iary Gómez, gerente general de Grupo Extra y Paola Hernández, directora de DIARIO EXTRA.
Ahora es un gran empresario y jerarca del sector, ¿cómo se inició en el turismo?
-Soy un empresario con 30 años en el sector turismo, empecé como guía, cuando el país estaba en pañales en ese aspecto, en aquel tiempo todo era empírico. En Costa Rica la gente venía por el ecoturismo; era la playa, el sol, estaban de moda los destinos como Cancún, Brasil, era demasiado exótico visitar este país tan chiquitito donde la comida era arroz, frijoles y pan. No había agua caliente y el jabón no hacía espuma.
¿Cómo llegó a la cabeza del Instituto Costarricense de Turismo sin experiencia en la función pública?
-Todos tenemos momentos para aprender, la falta de experiencia fue uno de los retos. Soy motociclista, sé que hay días con lluvia, días con sol, que en el recorrido vamos enfrentando. Al pasar de la parte privada a la pública, te encontrarás con paredes a las que no estás acostumbrado, hay movimientos que no sabés cómo se hacen, tenés que ir aprendiendo a manejar la parte política. Recientemente tuve que defenderme porque nos querían quitar 50% del ingreso de los parques nacionales.
¿Hay dificultades?
-Es todo un proceso, querés hacer cambios y no los podés hacer como vos querés, simplemente no podés, hay que seguir un proceso, no podés echar a nadie. Todas estas cositas nos hacen perder tiempo, y eso que el ICT es una entidad muy organizada con un alto nivel académico. Cuando llegué, el chofer entraba por la puerta de atrás y subía directo al despacho, cuando pregunté el porqué me dijeron que así se había hecho siempre. Costa Rica tiene uno de los precios más altos en la región y aún así nos siguen visitando, pero los turistas empiezan a resentir ese costo, se ha sobrevalorado el potencial que tiene el país en ese sentido. Considero que no estamos en las mismas condiciones que los vecinos, sí es caro si uno compara, pero tenemos muy buena calidad, y hay que mejorarla aún más. En una reciente visita a Perú, estamos intentando traer chefs que den capacitaciones en el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), tenemos mucho que mejorar para hacer un balance, queremos que la gente diga, bueno está caro pero valió la pena, peor sería si seguimos con esos precios y el servicio pésimo, sería una estafa.
¿Qué hace diferente a Costa Rica de los otros destinos?
-El producto costarricense tiene que ver con las personas, amigables, serviciales, inteligentes. Es más fácil trabajar con el tico, hay países vecinos que la gente no tiene ese pura vida porque no están acostumbrados. Tenemos otros elementos que hacen que seamos caros, cuando salimos de acá nos damos cuenta que no estamos mal.
Usted dice que no estamos mal, ¿comparados con quién?
-Todo el mundo dice que estamos mal, pero no, la gente habla de las afectaciones de la crisis de 2008, pero nos afectó más la pandemia de AH1N1.
¿Ha cambiado el turismo, cómo ha evolucionado?
-Hoy es diferente, tenemos lodges en la selva sin electricidad, se puede salir por comida gourmet, vino chileno, camas grandes, ese es un concepto que se llama pies descalzos para la gente que quiere algo muy bonito, de buena calidad sin necesidad de vestirse, es algo más libre, es más sostenible, más ecoamigable, se ha sofisticado.
¿Cómo encontró el Instituto Costarricense de Turismo?
-Me encontré con un ICT adormecido, el personal no salía para hablar con las cámaras. Estas no se reunían con el ministro, no quiero echarle la culpa a alguien, eso ya pasó. Yo estoy volviendo a los inicios, a veces hay que volver a lo básico, como que vamos muy rápido y no nos dimos cuenta, entonces estamos volviendo a la parte rural, a las comunidades, eso es, y seguirá siendo, el valor agregado del turismo en el país.
¿Continuaremos usando la marca país Essencial?
-Ha sido muy criticada. En turismo tenemos “sin ingredientes artificiales”, que tiene unos veinte años y según la Organización Mundial de Turismo ese eslogan es uno de los tres más importantes del globo con el de Nueva Zelanda y Croacia. Cuando llegué ya Essencial estaba, se invirtió mucho dinero, tengo que seguir porque no voy a ponerme en contra de la marca país, pero “sin ingredientes artificiales”, ya está posicionado, a pesar de las críticas debemos seguir nuestro sueño.
¿Continuará la estrategia de vamos a turistear?
-Sí, creo que eso permitirá a los ticos ser los primeros embajadores del país, cuando les pidan recomendaciones, van saber a dónde enviarlos y como llegar. Hay un desastre con las estrellas de los hoteles y los tenedores que presumen algunos restaurantes, sin que haya control.
¿Usted va a intervenirlo?
-Estamos trabando en eso, fue una mala decisión. Con los restaurantes lo que pasa es que hay muchos que le dan al cliente un servicio que no es el prometido, eso no está bien y los hoteles lo que queremos hacer es un nuevo sistema que permita establecer una categoría de servicio para guiar al cliente.
Hace poco el gobierno anunció que Turismo sería un subsector bajo el Ministerio de Economía luego se retractó, ¿que pasó, falta coordinación?
-Turismo es una industria, pero no producimos nada, prestamos un servicio, pero no estábamos incluidos entre los sectores productivos, estábamos aparte. La idea del Ministerio de Planificación era unir a todos los productores nacionales encabezados por el Ministerio de Economía para trabajar más coordinados.
¿Usted fue consultado sobre ese cambio?
Sí, yo lo vi de esa manera, para consolidar la parte industrial del país para articularnos mejor como ministerios. Pero el gremio se sintió afectado y nos lo hicieron saber por lo tanto lo conversé con el ministro Jiménez y el presidente, de ahí se decidió revocar los cambios.
¿Por qué los cruceros no se quedan en Limón, siendo esa la provincia donde atracan?
-Los turistas sí se quedan en la provincia, no en Limón centro, pero sí en la provincia. La gente piensa que se los traen a San José, pero no es así pues el 90% se queda ahí. Justamente formamos una comisión de cruceros, la idea es hacer más bonita esa área, dar una mejor bienvenida para que se queden. Hay problemas con los sindicatos y eso complica, cuando uno intenta intervenir para mejorar porque creen que los beneficios son solo para los empresarios.
¿Se mantiene la construcción del centro de convenciones, será productivo?
-Sí, el centro probablemente no va a producir dinero, su valor estará en el encadenamiento. El inmueble se va a mantener por sí solo, pero la gente que llega antes y después de las conferencias se va a quedar en hoteles, restaurantes, van a hacer tours, utilizar taxis, guías y se va a contratar personal para todo esto se busca vitalizar la industria y el país.
¿Cuánto va a costar y cuándo se inicia la construcción?
-Va a costar entre $33 y $35 millones, yo espero poner la primera piedra y terminarlo. Creo que empezaríamos en enero de 2015 para finalizar en diciembre de 2016.
¿La negociación del cobro de impuestos para recreación?
-Está mejor que antes, nosotros como ICT abrimos los canales de diálogo entre el gremio y Hacienda, están analizando un cuadro jurídico que no se puede saltar, eso es lo que los tiene encerrados, pero hay mucha voluntad por parte del ministro Fallas y la Dirección de Tributación, los gremios comprenden que hay un límite. El ambiente ha mejorado y nos mantenemos analizando propuestas.
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CRÉDITOS: Foto: Mauricio Aguilar
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Lunes 20 Octubre, 2014
HORA: 12:00 AM
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