Los altos niveles de exigencia de los pobladores y el bajo crecimiento económico del país ubican a Costa Rica como el país más pesimista de Centroamérica. Además los ciudadanos se muestran preocupados por las condiciones de inseguridad y el crecimiento de la violencia en las calles.
“Países como Panamá y Nicaragua se muestran más optimistas derivados de un crecimiento en sus economías, de hecho son los que más crecen en la región.
Aun cuando Costa Rica se muestra más pesimista, hay un número de consultados que dicen estar igual o mejor que el año anterior.
En los datos de consumo notamos que los hogares ticos buscan más productos especializados sin importar el precio”, explicó Ema Ortiz, directora comercial de Kantar Worldpanel.
Las estadísticas revelan que Costa Rica tiene otras expectativas de crecimiento, si lo compramos con los demás países del área. Los hábitos de consumo de la población son diferentes, pues tienen más acceso a créditos y el ingreso promedio anual es más alto que el de sus vecinos, en algunos casos lo triplica.
El estudio se realizó durante el primer semestre de 2014 para conocer la percepción de los consumidores y los cambios en las clases sociales de los cinco países.
Ortiz opinó que el cambio radical del gobierno, las políticas de aumento en los precios de los alimentos y el anuncio de cierre o recortes en algunas empresas empieza a pasarle factura a la manera como se percibe la seguridad económica.
“Son percepciones, pero eso de alguna manera impacta a los consumidores. Casi un 70% del gasto es en los alimentos porque obviamente es una prioridad, representa consumo importante y preocupa a la gente cuando se anuncian más alzas en ese aspecto”, agregó.
El estudio contempla la consulta sobre el nivel de confianza que tiene el ciudadano promedio en las autoridades. La gente se muestra más inclinada a la empresa privada por la creación de empleos ligados al crecimiento y el desarrollo del país.
Los vecinos centroamericanos se revelan más optimistas a equilibrar el trabajo con el placer, datos que muestran un crecimiento no solo económico, también de conciencia, en una forma más evolucionada si se compara con años anteriores, cuando no se contemplaba este factor.
