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Opinión

Cosas Veredes

Juan Manuel Parrales me solicita datos sobre la epidemia del ébola. Vamos por partes:


En 1976 se detectó en la aldea de Yambuku, en las riberas del río Ébola, en el entonces denominado Zaire (actualmente República Democrática del Congo, ubicada justo en el centro del continente africano) el brote de una enfermedad particularmente virulenta, pues se propagaba rápidamente y, por lo menos en esos primeros momentos, 96 de cada 100 infectados fallecía. Pronto se pudo aislar el agente infeccioso y así se supo que se trataba de un virus filamentoso (con forma de cordón) al que se bautizó con el nombre del río en cuyas orillas se descubrió.


La persona infectada incuba el virus, dependiendo de cada una, en plazos que van de 2 a 22 días, que es cuando se manifiestan los primeros síntomas, que incluyen la aparición súbita de una fiebre muy alta, dolores musculares, de articulaciones y abdomen severos; además dolor de cabeza de distintas intensidades. Dependiendo de cada paciente y de ciertas condiciones, los síntomas pueden tener variaciones, pero una combinación de varios de ellos permite sospechar de la enfermedad. Cuando es así, a la persona se le somete a un primer aislamiento en solitario y se determina si el diagnóstico es positivo por medio de exámenes de sangre. En caso de darse la confirmación, el paciente es aislado junto con otros enfermos del virus (que total ya están infectados) y se le somete a tratamientos paliativos, en lo posible, contra el dolor, la deshidratación y para tratar de mantener bajo control el siguiente síntoma, que es el causante de muerte: la aparición de fuertes hemorragias internas, especialmente en el tracto intestinal, por lo que el infectado sangra tanto por la boca como por el ano.


Al final, la pérdida del líquido es equivalente a un lento desangramiento, provocando un shock hipovolémico, es decir, que ya no queda suficiente sangre para que el corazón bombee, por lo que entra en paro.


Desde la aparición de los primeros síntomas hasta el fallecimiento, pueden pasar pocos días, o incluso horas. Es impactante que por lo general los infectados se ven perfectamente sanos y de pronto enferman y mueren. Si bien oficialmente se establece una mortalidad de un 90%, el contacto con humanos ha atenuado esta cifra en África, donde, sin embargo, se tiene claro que 65 de cada 100 enfermos indefectiblemente morirá.


Se transmite al contacto con fluidos corporales, y por ello es sumamente contagiosa, lo cual es agravado por el hecho de que durante varios días el infectado tiene el virus y lo transmite sin que dé señales de estarlo, y como si fuera poco, luego de fallecido, el cuerpo mantiene latente el virus por semanas.

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Miércoles 17 Septiembre, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Ronny Ugarte.

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