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Deportes

Más vale maña que fuerza

Mayweather demostró su categoría disipando dudas. (Foto: Reuters)

En esta segunda edición de su choque con Marcos Maidana, el norteamericano volvió a quedar con la diestra en alto, en un intercambio deslucido, accidentado y remoto al aplauso. Se trató de un encuentro que no alcanzó las expectativas del anterior, donde Mayweather disipó cualquier duda y ratificó su superioridad, al punto de que la pelea perdió mercado porque nadie pagaría por ver una tercera entre ambos.

 

El combate entero pudo reducirse a una única escena repetida y exenta de alternativas: Maidana avanza, coloca algún golpe, erra la mayoría y su ataque monocorde termina naufragando en el abrazo paralizador de Mayweather, quien reiteradamente congelaba la pelea con un cerrojo que a la postre fue un verdadero rompecabezas que “El Chino” nunca pudo resolver. 

 

Ese recurso defensivo ciertamente puede usarse esporádicamente para salir de alguna situación comprometida, pero jamás convertirse por sí mismo en una táctica de combate, como ocurrió el sábado a la noche en Las Vegas.

 

A esta altura habría que consignar la actitud permisiva del tercer hombre Kenny Bayles hacia  Mayweather, a quien toleró sus reiterados amarres. El abrazo no debe computar como una acción boxísticamente válida, sino como un recurso para evitarla y el californiano con un planteo egoísta abusó de ello toda la noche sin ser apercibido por un referee localista.

 

Con excepción del tercero y cuarto asalto, cuando el argentino estremeció a su oponente con golpes de ambas manos, en el último tercio del encuentro Maidana ya deambulaba confundido y psicológicamente derrotado por el cuadrilátero, lo que le provocó un rapto de desesperación que lo llevó a morder el guante a su rival en algún momento de la octava vuelta. Como sabemos, detrás de cada mordida existe una crisis de impotencia, y si  alguien lo duda que le pregunte al uruguayo Suárez. 

 

Maidana es, sin duda, un peleador sucio, pero Mayweather tampoco es una monja. Por eso los cabezazos, golpes bajos y codazos fueron parte del decorado, porque los dos son capaces de valerse de cualquier recurso para alcanzar la victoria.                                                                                                         

 

En todo caso el californiano nunca mereció conseguirla por un margen tan generoso como el que le dieron dos de las tres tarjetas, a menos que puntuaran los mentados amarres.  

 

Las cartulinas fallaron 116 a 111 y 116 a111, con excepción de una tercera más moderada y acorde con la realidad del ring con guarismos de 115 a 112.

 

Fue la cuarta pelea en el contrato de seis combates que Mayweather firmó con Showtime en 2013 por 200 millones de dólares.

 

Mientras tanto el norteamericano embolsó 32 millones de dólares, con los que espera llegar a fin de mes. 

 

Maidana, por su parte, regresa a su Argentina con los sueños rotos pero con tres millones en su maleta, un consuelo nada baladí para un humilde muchacho pueblerino desacostumbrado a las luces de la gran ciudad.

PERIODISTA: Redacción Diario Extra

CRÉDITOS: Esteban Gil Girón Especial para Diario Extra

EMAIL: [email protected]

Lunes 15 Septiembre, 2014

HORA: 12:00 AM

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