El tiempo corre y el Gobierno de Costa Rica está lento en cumplir el compromiso que hizo con su vecino Nicaragua de tener abierto el puesto fronterizo en la zona de Tablillas para noviembre.
Mientras tanto, este fin de semana representantes gubernamentales nicas y de la cooperación de Japón declararon oficialmente abierto el Puente Santa Fe, el cual une a las dos naciones sobre el río San Juan, en territorio nicaragüense.
La Viceministra de Gobernación indicó hace un mes que pese a los esfuerzos realizados por este Gobierno, la infraestructura básica para abrir el paso en este lado de la frontera podrá estar listo en enero, dado el atraso que tiene el proyecto desde la administración anterior. No obstante, reconoció la importancia que representa ese punto para el transporte de personas y mercancías hacia y desde Costa Rica.
Muñoz indicó que a pesar de que existe un atraso en la parte de la obtención de los recursos, el problema más importante se ha dado en la organización de la administración pública.
Desde el gobierno anterior se cuenta con un empréstito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por $100 millones, de los cuales $12 millones son para equipar el sitio y aunque este todavía requiere su aprobación en la Asamblea Legislativa, fue la falta de coordinación entre todos los entes de gobierno nacionales quienes retrasaron la apertura, hasta llegar al punto en que se encuentran hoy. Entre los inconvenientes que han existido están el exceso de tramitologías en territorio nacional y problemas en el abastecimiento de agua en la zona, temas en los que se viene trabajando.
EFECTO ECONÓMICO
Mónica Signini, expresidenta de la Cámara de Exportadores, comentó que esta noticia preocupa al sector, ya que el país sigue quedando en desventaja y se continúa perdiendo oportunidades para mejorar los índices económicos de nuestro territorio.
La empresaria recordó que el Gobierno se había comprometido al menos a abrir un puesto fronterizo móvil en la zona, con lo cual se podría comenzar a dar servicio en la frontera, pero para ello es necesario que se dé la sinergia entre todas las instituciones gubernamentales involucradas en el tema.
Mientras tanto, el vecino del norte logró construir el puente y abrir la frontera en un periodo de cuatro años, a un costo de $30 millones.
La estructura inaugurada tiene una longitud de 362 metros, dos carriles, andenes peatonales y una altura máxima de 17 metros por encima del nivel del río San Juan. La construcción estuvo a cargo de especialistas japoneses, arrancó en 2010 bajo normas sísmicas y ante el cambio climático diseñadas por los nipones.
Fuentes empresariales nicaragüenses aseguraron que el Puente Santa Fe captará al menos el 25% del flujo migratorio y de transporte de carga, que actualmente circula por el puesto fronterizo de Peñas Blancas.
Según las fuentes del sector privado, alrededor de $150 millones pasarán por encima de la estructura y de acuerdo con cálculos de los exportadores, el traslado de productos a través del nuevo paso les generaría un ahorro entre 500 y 600 dólares por contenedor.
Enrique Zamora, presidente de la Asociación de Productores y Exportadores de Nicaragua (APEN), destacó que el proyecto beneficiará a la población en general y no solo a los exportadores.
“Beneficia a la comunidad donde está la obra, facilita el comercio exterior, acorta las distancias para llevar la mercadería y eso disminuye los costos para los exportadores y beneficia al consumidor final”, señaló Zamora.
Diego Vargas, gerente de la empresa exportadora Tecnoagro, en declaraciones que publicó este sábado la prensa local, indicó que esperan que los efectos de los beneficios de la obra se vean a corto plazo.
