Editorial
Hace pocos días pudimos conocer el drama de una familia que al no poder atender a su padre en las mejores condiciones en un vecino país centroamericano, sus parientes movieron cielo y tierra para traerlo, de manera que pudiera recibir la adecuada atención en su natal Costa Rica. Y es que para todas las personas su prioridad debe ser la salud propia y la de sus seres queridos. Por ello cuando no se les da la respuesta que necesitan, buscan otras alternativas que les permita salvar su vida.
Esto habla muy bien de nuestro país, ya que se le reconoce por la calidad profesional de quienes velan por la salud de la población. Lástima que esta oportunidad no sea igual para todas las personas, ya que el Gobierno a veces se olvida de lo prioritario, para trabajar en lo que considera importante. Siendo esta la principal razón por la que no da el mantenimiento necesario a la infraestructura y sucede lo que hoy viven médicos y pacientes del Hospital México.
Este centro de salud es uno de los más importantes del país por la cantidad de intervenciones y atención a pacientes que realiza diariamente, esto hace que si ya de por sí es difícil tener acceso a una cita para un tratamiento médico, ahora la situación esté todavía mucho más complicada.
Esto hizo que uno de los pacientes, cuya vida corría peligro, acudiera a la vía jurídica para interponer un recurso de amparo que a todas luces era su única tabla de salvación.
Como era de esperarse, tomando en cuenta que la vida humana es la prioridad en los temas de derechos, los magistrados declararon con lugar en la sentencia número 2014-14245, para que el Hospital México opere a un ciudadano que sufre de cáncer gástrico y solo con esta intervención podría seguir viviendo.
Es una pena que se tenga que llegar a estos extremos para salvarle la vida a un ser humano, porque lo que está sucediendo en ese nosocomio no es algo inevitable, por el contrario, podría haberse resuelto si las autoridades de gobierno destinaran los recursos necesarios para el buen funcionamiento de los edificios estatales, especialmente cuando se trata de entes tan sensibles para la sociedad como son los hospitales, centros educativos y cárceles.
Es necesario que dentro de los planteamientos que se tienen que hacer en todas las instituciones se pueda valorar y tomar en serio la necesidad de realizar mantenimiento preventivo a los edificios, de lo contrario todo el sistema de salud nacional podría colapsar. Ya se dieron problemas en los quirófanos del Hospital San Juan de Dios, ahora son los del Hospital México, continúa con los del Calderón y de ahí en adelante la lista sigue haciéndose más y más larga.
Al igual que la persona requiere de mantenerse en chequeo constante, la infraestructura también se deteriora y hay que tener los mismos cuidados.
Ahora no se vale comenzar a buscar culpables. Es momento de actuar con firmeza y velocidad, porque luego de que este recurso de amparo fue declarado con lugar, no es de extrañar que otros muy similares vengan detrás y la situación se vuelva insostenible para la Caja.
Los magistrados fueron muy claros en su sentencia cuando dijeron que los pacientes no deben soportar la falta de organización y administración adecuada de los recursos materiales y humanos con los que cuenta, los cuales se nutren de las aportaciones sociales que hace cada uno de los asegurados, por lo que resulta injustificable la prestación tardía del servicio de salud requerido.
Los ticos merecemos recibir servicios de atención en salud de calidad, en el momento en que estos se requieran y para ello la Caja debe ser garante de que así sea.
