“¡Qué frustración!” fue una de las frases en el discurso que expresó el Presidente Luis Guillermo Solís a los costarricenses, ante una audiencia de casi mil invitados que lo escuchaban en el Teatro Melico Salazar y un país entero que a través de la señal de televisión abierta de Extra TV estaba vigilante a las palabras del esperado Informe de los 100 días.
El mandatario centró los 60 minutos en los que se dirigió al país en contar cómo encontró “la finca”, y dar sentido a la frase que ha repetido durante estos más de tres meses al mando: que estaba totalmente encharralada. Justamente es ese escenario de corrupción el que lo carga de frustración y vergüenza.
El Presidente lanzó dardos a los anteriores ex presidentes, dejando claro como él mismo dijo sin rodeos “en las últimas décadas hemos sido gobernados con irresponsabilidad”. Asegura que los exmandatarios violaron la Constitución y la Ley.
“Esta no es un afirmación gratuita. La estadística judicial lo demuestra: en los últimos ochos años, del 2006 al 2013, solo la Sala Constitucional condenó todos los días, repito, todos los días, a un promedio de diez instituciones o funcionarios públicos”.
CHORIZOS
Las irregularidades y actos de corrupción en instituciones como el Instituto Costarricense de Puertos del Pacifico (Incop), el Instituto Costarricense de Ferrocarriles (Incofer), el Instituto Nacional de Urbanismo (Invu), la compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), los Ministerios Educación Pública, de Transporte Público, de Seguridad , de Cultura y Vivienda, fueron el plato de entrada con el que abrió el Presidente, y cumplió su promesa de que relavar las malas prácticas administrativas.
“Hemos encontrado, por ejemplo, que en el Incop se destinaban 2,4 millones de colones mensuales para pagar el mantenimiento de una casa de lujo en la playa, para uso discrecional del Presidente Ejecutivo(...) Esto ocurría mientras miles de familias pobres de la zona costera de Puntarenas y Guanacaste clamaban por mayor ayuda de esa entidad para resolver sus problemas de subsistencia” denunció Solís notablemente indignado (ver recuadro de hallazgos).
Con la exposición de esa realidad de corrupción, fue enfático en que el país por cuatro administraciones ha sido Gobernado de forma irresponsable y sin pelos en la lengua señaló que hemos “vivido una democracia secuestrada por una clase política inescrupulosa, muchas veces deshonesta y casi siempre ineficientes, cuyos vicios y abusos prácticamente han hecho colapsar al Estado”.
LOS CULPABLES
De forma enérgica el Presidente insistió que el país necesita respuestas, de quiénes son los responsables de esta mala administración.
“Pareciera que en Costa Rica hay corrupción, pero no hay corruptas ni corruptos. Nunca o casi nunca aparecen los culpables. Y cuando aparecen, muy pocas personas resultan condenadas” enfatizó Solís.
“¿Serán los responsables las auditorías, la Fiscalía General de la República, la Procuraduría?” planteó el mandatario. Sin embargo, quiso dejar claro que como el país no está para juegos, más que caer en una retórica, se necesita poner un alto a los despilfarros.
“Mi presunción es que no necesariamente se necesitan nuevas leyes (para combatir la corrupción). Si todos cumpliéramos con las que ya existen, sin duda el país estaría mucho mejor” indicó el mandatario.
Por eso que lanzó nuevamente un llamado a la concertación, y a la unión nacional. “Sacaremos la tarea. Para que ello sea posible, sin embargo, reclamo serenidad, mesura en la crítica, generosidad en el aporte y a las cúpulas de poder les digo: déjenme gobernar, permítanme avanzar y cumplir el mandato recibido en la urna electoral” agregó.
HOJA DE RUTA
En medio de las denuncias de malas prácticas de los anteriores Gobiernos, el Presidente mencionó algunas de las acciones a seguir para mejorar el país, y recalcó avances de su gestión en estos 100 días al mando.
“En los últimos 3 meses hemos incautado más droga y golpes al narcotráfico que en el año 2013(...) Hemos articulado la Estrategia Nacional de Empleo, para 217.000 nuevos empleos de calidad” fueron parte de los logros que expuso el mandatario.
Sobre soluciones o acciones gubernamentales, resaltó el tema fiscal, señalando que en años anteriores “por cada colón que el Estado percibió en impuestos, se le robaron o este regaló otro colón”.
Su propuesta, repitió, no es un plan fiscal, sino una “reforma integral pero paulatina”, para ello ya el Ministerio de Hacienda emprendió un conjunto de medidas administrativas como la fiscalización de los grandes contribuyentes, y la implementación de programas informáticos. Además, de la presentación de un proyecto de ley contra la evasión fiscal, enviará otro, para combatir el contrabando y una directriz de control del gastos.
Eso sí, quiso dejar claro que las reformas a los impuestos de renta y de ventas tendrán que esperar.
Para cumplir con la rendición de cuentas de la administración pública y cerrar focos de corrupción, indicó que “remitirá un proyecto de ley que puntualice la rendición de cuentas y la responsabilidad política en la administración pública” e igualmente creará una “Plataforma de Transparencia Gubernamental” en la cual los ticos podrán escudriñar todas las acciones de las instituciones como las transferencias presupuestarias, la entrega de bonos y becas.
Las medidas para al combate a la pobreza, la administración de la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y las altas tarifas de la electricidad, también tomaron protagonismo en su informe.
En todas dejó claro que se está operando mediante una reorientación del gasto social con un reordenamiento administrativo y diálogo que en menos de 18 mese llevará acciones.
El Presidente también fue interpelado por los otros sectores, quienes al concluir su informe, le pidieron posiciones claras en temas polémicos como el levantamiento al veto a la Reforma Procesal Laboral.
A lo que respondió “puedo asegurarle que tengo absoluta claridad que aunque tengo potestad no utilizaré el veto como un recurso arbitrario ni del sector privado de los sectores laborales” por lo que fue aplaudido por la audiencia, como en la mayoría de sus respuestas.
Solís insistió que esta práctica, que calificó de “examen de la realidad nacional”, debe instaurarse de un modo periódico.
