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Opinión

Editorial

Como si se tratase del último capítulo de una novela barata, así terminó la historia del técnico Jorge Luis Pinto Afanador con la Selección Nacional de Fútbol y la Federación Costarricense de Fútbol.


Sí, al mejor estilo de los pleitos de barrio. Eso ocurrió la tarde del jueves en la conferencia que dieron los federativos y el director técnico para anunciar una salida definitiva del plantel tricolor, en medio de cuestionamientos y reclamos que dejaron a más de uno atónito.


Pero nadie, absolutamente nadie se imaginó aquellas declaraciones que hoy le dan la vuelta al mundo y generan comentarios negativos en contra de la Federación, de algunos seleccionados y del cuerpo técnico, que fue señalado por “serrucho”, pues el señor Pinto se rajó con una historia de acoso e irrespeto que según dijo no soportará más, aunque el salario sea multimillonario.


La prensa internacional critica fuertemente lo ocurrido con el D.T. colombiano, quien en pocas palabras justificó su partida por la falta de lealtad, disciplina y esfuerzo de su equipo de trabajo, el mismo que en medio de un torbellino logró el octavo lugar en la Copa del Mundo, de acuerdo con la FIFA.


Costa Rica entera está parada de uñas, como dicen popularmente, y resiente -pese a las mil justificaciones de la Fedefútbol, los jugadores, Paulo César Wanchope, Luis Marín y hasta su amigo Jaime Perozzo- lo sucedido con el técnico cafetero, quien hasta dejó ver lágrimas en aquella reunión pública.


No es para menos, todos aquí sentimos que nos vieron la cara. Hace apenas unos días el país entero recibió con bombos y platillos a la escuadra tica tras el excelente papel que hizo en el Mundial, pero parece que aquello era solo un teatro, un espejismo.


Nos engañaron a todos y eso es una falta de respeto. Bueno, con $14 millones en la bolsa posiblemente valía la pena guardar silencio. Bien dicen que por la plata baila el mono, habría que ver quiénes orquestaron la fiesta a costa de una supuesta mala relación, arriesgando el nombre de todo un país.


Aquí hay situaciones que deben aclararse, el asunto es confuso y la verdad se asemeja al chisme de viejas de patio.


Primero, ¿cómo es que hubo un pacto minutos antes de la conferencia de prensa, así anunciado por Eduardo Li, presidente de la Fedefútbol, para darse la mano y callar lo malo?


Eso es antiético. ¿Será acaso que había tanta basura que ocultar? ¿Por qué el ente rector del balompié nacional le pidió a Pinto guardar silencio y dejarlo ir con besos y abrazos?


Insistimos, ¿cuál es la verdad en esta historia?


Más raro aún es que hoy todo el mundo quiera romper el silencio y casi que victimizarse de lo que podría ser un caso de violencia intrafamiliar en el ámbito futbolístico.


Habla Gabelo, habla Wanchope, Ruiz también, la nutricionista, Eduardo Li y solo faltan el juntabolas y el aguatero. Parece que todos decidieron hacer un concierto de comentarios más que negativos en contra de Pinto cuando oyeron sus quejas en público.


La vanidad los mató, diríamos.


¿Cómo es que pasaron casi dos años de maltratos y nadie se quejó? ¡Qué aguante el de esta gente para dejarse agredir por tanto tiempo! Señores, aquí no le damos la razón a nadie, pues no nos corresponde, pero esto suena como una trama de película de terror.


Ustedes se abrazaron, brincaron, se besaron y disfrutaron en medio de los goles de Brasil, pero antes estrenaron trajes de marca, salieron ante la prensa todos frescos y campantes, comieron rico... Pero ¡qué gallardía!, hacer todo eso con tanta agresión de por medio.


La verdad, además de lograr uno de los mejores puestos en el ranking del fútbol internacional, se ganaron un premio a la mejor actuación porque parece imposible que alguien pudiera callarse tanto desprecio del que hoy acusan al técnico.


Aquí surgen miles de dudas. ¿Cómo es que Paulo César Wanchope afirmó que “la dignidad vale más que un mundial” y se dieron cuenta de eso dos años después? La pregunta del millón de dólares: ¿La dignidad de quién?


Lo que mal comienza, mal termina, y así fue, ahora a recoger los pedazos.


¡Adiós, Pinto! Los ticos le agradecen su buen desempeño. Ahora la Sele, la Fedefútbol y el “nuevo” cuerpo técnico tendrán que demostrar con creces que no son los malos de la película.

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Sábado 26 Julio, 2014

HORA: 12:00 AM

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