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Opinión

¿Mala praxis en educación?

Hace algunos días he visto la noticia sobre de la necesidad de Alemania de empleados: ¡un millón! Sin embargo, no cualquier tipo, sino unos bien calificados, dado que no desean que decaiga la calidad de sus procesos y productos.


Tal noticia me ha llevado a pensar en Costa Rica y un asunto que me ha molestado tantísimo: la calidad de la educación.


El ideal de producto todos lo conocemos: personas y profesionales que han de participar en la vida productiva y desarrollo del país.


Sin embargo, conforme pasa el tiempo, parece que decae más y más nuestro sistema educativo y cada gobierno lo que aporta, fuera de un gasto en propaganda, es alguna novedad en un enfoque, que sin impacto, tan solo busca inflar números para presentar hermosas estadísticas, privándonos de cultura y personal que compita al más alto nivel.


La responsabilidad es nuestra y no de las personas que requieren la enseñanza y esto por una simple y sencilla razón: no poseen aun las herramientas para discernir y discriminar sobre que institución (educadores, administrativos, planta física, recursos audiovisuales, enfoques) es la más adecuada para hacer descansar su confianza en su formación.


Y sobre esto no hablamos solo de preparar a una persona para un puesto productivo que le rinda réditos, pues educar va mas allá y como bien lo había apuntado hace varias décadas don Guillermo Bolaños, precisamente el currículo plantea el tipo de ciudadano que se desea.


Por ello resulta importante detenerse a meditar el pasado y preguntarse ¿por qué razón “antes” las personas eran mejor preparadas? La caligrafía de los abuelos o los edificios construidos en siglos pasados, que demuestran una mente y calidad que no tienen comparación.


¿Por qué? Sinceramente creo por unos intereses muy particulares que llevan a vulnerar tanto las propuestas educativas como los medios para ejercer los controles necesarios, tratando de desanimar al brillante talento que efectivamente tenemos.


¿La excusa? Una gran necesidad de formación que nos lleva a obviar algunos entramados de todo el “sistema”.


Y por ahí saldrá algún vivillo comparándonos con un pueblo en desventaja educativa, claro, sin mostrar otros factores que inciden en ello.


Hoy le pregunto ¿qué tipo de Costa Rica sueña? ¿Será una llena de vitalidad y oportunidades para todos? ¿Sí? Pues ha llegado la hora de comenzar a dejar los reclamos y “ubicar” a las personas que estamos dando el control para la enseñanza en nuestro país, a fin de exigir calidad en todo el sistema educativo.


Y sobre esto quiero que seamos específicos en indicar que es momento de detener tanto nombramiento de personas que no han terminado sus estudios e imparten clases porque es una “opción” bonita de tener un salario y disfrutar de bastante tiempo libre.


Quien se identifique con esta honrosa profesión debe hacer un esfuerzo serio por formarse, no por tener un lugar o aumentar de categoría para ganar más. Y nada de hablar de emergencias, que la unidocencia estableció las bases de esta gran nación al lado de grandes estadistas.


También es menester replantear los requisitos para permitir el funcionamiento de centros de estudio, dando oportunidad a quien realmente se identifica con esta gran misión y así “borrar” del camino a las organizaciones inescrupulosas que solo han sabido aumentar sus cuentas bancarias.
Si no lo hacemos, luego no nos quejemos, que con “chillar” nada se gana: nuestra es la responsabilidad –reitero-.

PERIODISTA:

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Jueves 24 Julio, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Heinier Gibson Díaz Cabezas / [email protected]

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