Alto al trabajo forzoso

La esclavitud representa una de las páginas más atroces de la historia de la humanidad, para muchos esta situación es solo una referencia de un pasado muy lejano, pero por el contrario, continúa siendo una parte alarmante de nuestra actualidad.

En un informe reciente de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) se denuncia que esta práctica genera anualmente $150.000 millones en ganancias ilegales y afecta a casi 21 millones de personas alrededor del mundo.

El Convenio número 29 de la OIT define el trabajo forzoso como “todo trabajo o servicio exigido a un individuo bajo la amenaza de una pena cualquiera y para el cual dicho individuo no se ofrece voluntariamente”. Esta dinámica se presenta cuando una persona o grupo de personas mediante la coerción física o psicológica son obligadas a llevar a cabo una actividad en condiciones degradantes, insalubres y peligrosas.

En mayo del presente año un grupo de expertos de la ONU hizo un llamado a los gobiernos del mundo para adoptar un protocolo jurídicamente vinculante en aras de prevenir la esclavitud moderna. Este fue un aviso de suma importancia, pues señalaron la necesidad de crear una acción internacional coherente y robusta como paso esencial para su erradicación.

Este 11 de junio la OIT adoptó un nuevo Protocolo que busca, entre varias acciones, que se adopten medidas que combatan el reclutamiento fraudulento para prevenir nuevas víctimas, ofrecer orientación y protección a víctimas actuales, castigos más fuertes a quienes realicen la trata de personas y un sistema de compensación ante daños causados.

Establece este Protocolo un marco común y vinculante para todos los Estados miembros, mandando una señal clara de la necesidad de evolucionar las leyes laborales a favor de los derechos humanos y de abolir prácticas antagónicas.

Tan solo un día antes de esta importante aprobación, el diario británico The Guardian nos alertó sobre la explotación sufrida por cientos de miles de trabajadores en Tailandia en relación con actividades de pesca y cultivo de langostinos.

Atención urgente. Esto es un ejemplo entre muchos otros que se viven en el mundo, la catástrofe que genera esta vejación debe ser de atención internacional urgente. No debemos continuar reproduciendo actos que transforman a una persona en un objeto desechable, ni dar la espalda a violaciones fragantes a los derechos que tenemos de manera inherente.

Costa Rica históricamente ha luchado en contra del trabajo forzoso, sin embargo, no se ha podido erradicar plenamente. Corresponde a nuestras autoridades revisar la legislación actual para realizar cualquier ajuste necesario, pero sobre todo incrementar la educación sobre el tema a las poblaciones en mayor riesgo como lo son principalmente niños, mujeres y las poblaciones indígenas.

¿Por qué no, ante esta escalofriante advertencia de The Guardian, establecer un requisito a las cadenas de supermercados internacionales de comprobar que sus proveedores cumplen las normas de la ONU y OIT contra la esclavitud y el trabajo forzoso? Sería un paso más hacia un compromiso formal y permanente de respeto a los derechos humanos.

*Estudiante de licenciatura en Derecho.

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Martes 22 Julio, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Raquel Castro