El Estado debe regular el precio de las medicinas

No hay verdades absolutas. Yo he defendido siempre la libertad de comercio y la libre empresa, la competencia. Hay quienes aseguran que la libre competencia pone los precios hacia abajo y a favor del consumidor.

En el caso de las medicinas esto es falso. Urge, procede, se impone que el Estado costarricense meta ya mano en este asalto a mano armada que mantienen las empresas farmacéuticas en contra del pueblo.

¿Cómo se explica que un medicamento fabricado en Costa Rica (Fluoxetina Calox), cueste aquí 12500 colones y en Nicaragua 4500 la caja de 30 unidades? Mercaderes de la dignidad humana. Aprovechados de la enfermedad. ¡Basta ya! Que se congelen los precios de medicinas por 20 años como hizo Nicaragua.

La nueva Asamblea Legislativa tiene por delante un reto enorme: autorizar vía ley al gobierno para que regule y establezca el precio de las medicinas.

La profunda crisis experimentada por la Caja Costarricense del Seguro Social, en donde, sumado al aluvión de citas y atenciones dadas a los indocumentados metidos en el país que quitan espacio al asegurado tico, se observa el grave deterioro producido por las políticas gubernamentales de los últimos gobiernos, tendientes a tomar a nuestra máxima institución social como banquete para sus apetitos viciados, donde la existencia de medicamentos es precaria, las camas insuficientes, los equipos inadecuados.

No da medicinas el seguro, lo que obliga al trabajador a comprarlas en el sector privado. Y, tras sufrir el pago de una cuota mes a mes sin derecho a casi nada, es recibido con sonrisa ardiente por los dueños de las farmacias que se permiten cobrar lo que les dé la gana por un medicamento, unas veces con diferencias de precio de miles de colones de una farmacia a otra, y si analizamos la comparación de precios con el resto de Centroamérica queda uno pasando del relajo existente en nuestro país.

Debe intervenirse de inmediato el mercado de las medicinas. No son artículos de lujo, ni bienes suntuosos. Nadie compra medicinas por vicio, la salud es el bien más preciado que poseemos.

Y para quienes ferozmente impulsan la política de no regular nada, es la calamidad del pueblo la que debe responderles ante sus poses políticas.
Ante un nuevo Congreso de la República, queremos saber quiénes están a favor de esta regulación y quienes en contra. Las facturas podrían seguir cobrándose en las urnas.

Periodista

PERIODISTA:

EMAIL:

Martes 20 Mayo, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Erick Picado