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Deportes

¡Fuiste genio y figura!

Manuel Antonio “Pilo” Obando narró en radio y televisión

¿Que cómo era Pilo Obando? Los que tuvimos la oportunidad de trabajar junto a él lo recordamos como un hombre entregado a su profesión, pero jamás se puede dejar de lado su forma de ser. Fue el típico tico, dicharachero, bromista, vacilón, con estilo único. 

 

El viernes 13 de junio del 2008 nos recibió en la recepción de Repretel para contarnos sobre su vida, pues fue el invitado a la sección “Las 50 de los Sábados”. Empezó hablándonos de cómo entró al mundo de la narración, en radio y televisión, pues “el único que estaba era Pilo y nunca dije que no”.

 

Tras más de 50 años de carrera pretendía retirarse en el Mundial Sudáfrica 2010, pero continuó. Aquella vez nos dijo: “Yo me siento en perfectas condiciones, el día que vea que ya no le llego diré hasta ahí. Me siento con un poder del Señor tan grande que creo que voy a seguir muchos años más”.

 

Contó que hace cuatro años, con la cita mundialista, iba a sumar más de 5 mil partidos narrados, 10 campeonatos mundiales, juegos olímpicos, series mundiales de béisbol y juegos de la NBA. “Cuando güililla era como una tira cómica que se llamaba 'Angelito', que participaba en todos los deportes pero era malísimo. Yo era igual, participé en todos los deportes, por eso los conocí”, declaró.

 

Al consultarle sobre su clave para mantenerse vigente explicó. “Ser uno, ser real, decir tal y como son las cosas, no mentir y tratar de caerle bien a la gente”.

 

 

HASTA JUGÓ CON CARTAGUITO

 

 

La gran pregunta era si por lo menos había jugado con tierra y “Pilín” rajó con su Cartaguito. “Yo jugué en las reservas del Cartaginés en los años 1959, 1960 o 1961, por ahí.

 

Era portero, no del estadio, verdad, sino del equipo. Mi técnico fue un muchacho al que le decían ‘Chola’, luego don Víctor Monge, el papá del portero y ‘Fello’ (José Rafael) Meza.

 

Siempre recuerdo que ‘Fello’ Meza me decía: 'Vea Pilo, si no quiere hacer el ridículo en un penal vea siempre la bola y usted va ahí'. Así me atajé varios penalitos”.

 

Manifestó que toda la vida algunos los catalogaron como pachuco, “pero era para decirme que era malo, pero al empezar estaba en lugar de Luis Cartín y José Luis Ortiz. ¡Sea tan bárbaro!”.

 

 

NUNCA CREYÓ EN EL MUÑECO ENTERRADO

 

 

La historia de que en el estadio José Rafael “Fello” Meza había un muñeco enterrado que le impedía ganar un título al equipo brumoso nunca la creyó.

 

“No, no, es pura mentalidad y después que la mayoría de las veces que Cartaginés ha estado a punto de ser campeón... hagan las listas, ¿cuántos verdaderos cartagos había en esos equipos? Eran jugadores que llegaban a ganarse su sueldo y no les importaba el equipo”, indicó.

 

Decía tener más jugadores enemigos que amigos “porque aquí no se puede hablar de un jugador porque no solo no le habla a uno, que ni me interesa, sino que no le habla a la empresa donde uno trabaja. ¡Qué gangón!”.

 

 

DE JUGAR CHUMICOS A SER UN AGRANDADO

 

 

El 12 de junio de 1941 Manuel Antonio Obando Calderón llegó a este mundo, en su infancia jugó chumicos y pateó bola en las calles, pues decía que no había ni guardias civiles. Pero admitió que la fama le jugó una mala pasada.

 

“Sí, sí, sí, fui tremendamente agrandado. Eso me llevó a perder amistades, el hogar, a perder los trabajos, el dinero, todo”, admitió.

 

Cuando le consultamos si había tocado fondo dijo que sí, que eso y más. “Claro, pero no toqué fondo sino superfondo, subterráneos. Yo llegué a deber en término de tres años ¢26 millones, perdí mi hogar, los trabajos, todo. Llegué a tocar fondo de tal manera que hasta tres veces se me metieron a robar a la casa.

 

Cuando fui jefe, cuando no había conocido al Señor, fui un jefe pelis, malcriado, trataba mal a los empleados, demasiada prepotencia. Eso me llevó a tocar fondo”, manifestó.

 

Siempre le agradeció a su amigo y excompañero Luis Gerardo Rojas por enseñarle el camino hacia Dios, al punto que lo describió como un buen samaritano. “Yo aprendí a través del Señor a ser humilde, usted con la humildad tiene el punto asegurado”, acotó.

 

Tal era su relación con Dios que le gustaba que le dijeran “pandereta”. “Ojalá que todo el mundo me diga 'pandereta' en vez de Pilo. No me preocupa ni me da vergüenza anunciarle al mundo que estoy con el Señor mañana, tarde y noche”, expresó.

 

 

MÁS SALIDAS QUE EL ESTADIO AZTECA 

 

 

Más de una vez de seguro usted escuchó a algún televidente decir “¡Qué hijuepuña Pilo!” debido a una salida fenomenal de Obando, lo cual era su característica. Tenía una idea muy clara sobre cómo narrar.

 

“Es que en televisión la gente está viendo el partido, entonces para qué le va a decir uno que fulano de tal la lleva y la pasó de taquito. Además Jorge Pastor Durán siempre me dijo: ‘Pilo, sea usted. Malo, bueno o regular, la gente lo va a aceptar al tiempo’. Y eso fue lo que pasó, palabras proféticas.

 

Yo empecé en radio y no era así, en radio uno tiene que ser un poco más serio, no puede vacilar mucho”.

 

 

LLENO DE ANÉCDOTAS

 

 

Anécdotas de Pilo Obando hay muchas, pero unas fueron clásicas, imperdonable dejarlas por fuera. El propio Pilo las recordó así. “En una estaba en Canal 2 con Luis Humberto Ramírez (q.d.D.g.) cuando nos llegó un partido asiático. No venían ni siquiera los nombres en chino, nada, fútbol, pitazos del árbitro y público, nada más. Me dice: ‘¿Qué hacemos?’ Entonces cogí un directorio telefónico, saqué todos los chinitos que viven en Limón y los puse a jugar”.

 

Otra tuvo lugar en Viena junto a Hernán Morales y Álvaro Allen. “Le ayudamos a un muchacho que iba con una maletas muy malherido en las piernas, en la noche nos dimos cuenta de que era un terrorista libanés. 

 

En México estuve asaltado una hora en un taxi con una pistola en la garganta. Tenía varias tarjetas y de la única que sabía el pin era de la del Banco Popular, recuerdo que era el 2792. Les dije: 'Del único que me acuerdo es de esta', se la llevaron y me dejaron libre”.

 

 

“GAVIOTAS VAN, GAVIOTAS VIENEN”

 

 

También habló de cuando era una persona de mundo y el alcohol tenía un lugar en su vida. Le costó recordarla, alegando que “esta jupa ya no me da ni pa’ un pozol. Una vez comencé a tomar y tomar licor antes de una transmisión porque me dijeron que no había. Eso fue en Puntarenas y en la tarde me dijeron: 'Ya hay transmisión'.

 

Ya estaba picado y dije: 'No respondo, no estoy en estado para transmitir'. Me dijeron: 'Tenés que hacerlo'. Era hacer el programa de la mañana, Dos Deportivo, y en la tarde transmitir el carnaval. En ese tiempo uno hacía de todo, por eso aprendí de todo.

 

Me montaron en una lancha a transmitir y yo veía las gaviotas que iban y venían. Comencé a decir: 'Gaviotas van, gaviotas vienen'. Eso fue en 1983”.

 

Los canales 2, 4, 6, 7, 11, 13 y 42 lo tuvieron en sus filas en algún momento. Ese estilo inconfundible y esa voz particular sonó en Radio Rumbo, Reloj, Monumental, Columbia, Libertad, Centro, Sonora y Radio América 780 AM del Grupo Extra. 

 

Fue su abuela materna, Elodia Sandoval, a quien llamaba “Mamá Lola”, quien lo bautizó “Pilo”, apodo que llevó hasta su tumba. 

 

Gracias Pilo, ya lo diste todo, ya podés descansar.

PERIODISTA: Alejandro Fonseca

EMAIL: [email protected]

Jueves 24 Abril, 2014

HORA: 12:00 AM

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