Para el comentarista Hernán Morales el día de trasmisiones de ayer fue muy diferente al enterarse de la muerte de su amigo inseparable en los micrófonos, Manuel Antonio “Pilo” Obando.
Minutos antes de comenzar el partido entre Real Madrid y Bayern Munich (12:45 p.m.), estando sentado para analizar el juego y hacer los comentarios como suele hacerlo, le avisaron del deceso del narrador, muy conocido por sus peculiares frases y su manera original de relatar.
Se tuvo que hacer el fuerte para disimular el dolor que lo carcomía por dentro, y no dejar que sus ojos se convirtieran en un río. “Primero muy consternado por la noticia, Pilo fue una persona con la que compartí bastantes horas de trasmisión durante muchos años y de vivencias”, dijo horas después Morales a DIARIO EXTRA.
Con el brumoso tenía una amistad de muchos años que comenzó por 1982, cuando Hernán llega a Canal 6 para hacer yunta con el famoso “Zapatazo”.
Desde entonces las horas juntos se multiplicaron y pasaron a compartir vivencias, ratos agradables y otros no tan dulces.
“Solo buenos recuerdos tengo de Pilo, conmigo siempre fue muy honesto y me decía las cosas de frente para que pudiera mejorar en algunos aspectos”, contó el exfutbolista.
RECUERDOS
De anécdotas guarda en la memoria una en particular, porque lo tuvo con el corazón en la mano.
“Un día estábamos en el Mundial de Italia 90 y él era muy exigente, a dos días para que arrancara el encargado nuestro no había alistado las líneas de trasmisión, y Pilo pedía que las probaran, era un gran profesional, si no lo hacía amenazó con regresar por lo que me asusté. Me fui a la habitación a decirle que no se fuera, que lo pensara bien, insistía en que el desorden no le gustaba. Cuando entro de nuevo al cuarto, está llamando a la línea aérea para cambiar el boleto y después me di cuenta que no pudo devolverse porque el tiquete no tenía cómo cambiarlo, y pudimos vivir la experiencia del Mundial”, recuerda entre risas Morales.
Confiesa que no todas las personas sabían de lo serio que era Pilo para trabajar y de su profesionalismo, que disfrazaba con sus chistes e innumerables salidas en las trasmisiones.
“Muy difícil que lo lleguen a imitar por su originalidad, porque siempre tenía la nota alegre cuando menos se esperaba, la salida más oportuna y cuando se equivocaba; siempre tenía algo para salir adelante”.
Esa chispa de la que habla lo obligaba a estar atento y concentrado en las trasmisiones para que no lo agarra fuera de base. “También le lanzaba a uno cosas y cuando no estaba de acuerdo con un comentario se lo decía a uno y había que ver cómo se enfocaba para que no fuera un pleito”.
Y también confesó que no siempre concordaban en muchos comentarios, pero que lo disimulaban muy bien a la hora de dirigirse al público.
“Más de una vez chocamos por comentarios que no estábamos de acuerdo, lo debatíamos un poquito, pero no insistíamos mucho porque no era para pelear. Lo manejábamos de tal forma que no afectara la trasmisión. No siempre estuvimos de acuerdo en todo”.
Para Hernán Morales Pilo es su formador en esto de los comentarios, el que le ayudó para expresarse y desenvolverse como lo hace actualmente.
