Comunidad educativa inteligente Educación más allá de la excelencia

En algunos centros educativos, especialmente en los de segunda enseñanza, existe una separación entre el ambiente familiar y la institución educativa. Dentro de las paredes del claustro se aplica una disciplina y determinados procesos de enseñanza y aprendizaje que distan mucho de la educación informal que reciben los jóvenes en su familia y en el entorno social.

En el centro educativo tradicional se identifican varios actores que no siempre trabajan en forma coordinada en busca de los mismos fines. Actores que cumplen con sus deberes sin que haya mecanismos que les integre en la búsqueda de la excelencia educativa.

Los educadores y los alumnos son los actores que, se supone, trabajan en mayor cooperación para el éxito de los procesos. Actores que junto con otros, como el personal administrativo y de orientación, cumplen con sus tareas sin lograr una identificación plena con la visión institucional a veces desdibujada.

En términos generales se puede observar que el personal del centro junto con los alumnos y los padres esperan que los alumnos ganen materias y logren al final de la secundaria el título de bachiller.

Los jóvenes no están sometidos a un modelo educativo sino que se debaten entre el ambiente familiar y social por un lado y el ambiente más estructurado y rígido que le ofrece la entidad escolar.

En ocasiones la familia está desvinculada de los procesos educativos formales y solo en contados actos ceremoniales ingresan a la escuela. Por ejemplo el día de la madre o del padre y en las ferias para recolección de fondos o algunas actividades deportivas abiertas al público, amén de los desfiles tradicionales que se llevan a cabo en las fechas patrias, a veces, transitando por la vía pública.

La cuestión que nos ocupa es conocer cómo transformar la escuela en una comunidad educativa inteligente, que abra sus puertas a la colaboración de los padres de los alumnos especialmente, y de todo el entorno social próximo a la institución.

La escuela debe hacerse presente en el hogar a la vez que el hogar debe prolongar y compartir los valores familiares dentro de la escuela.

La institución puede transformarse en un sistema que sea abierto, inmerso en el ambiente y en constante interacción con él, procurando la sostenibilidad.

Un equipo multidisciplinario, debiera estar al servicio de todos especialmente de los estudiantes. Se podrían atender con la misma diligencia a los alumnos con dificultades de aprendizaje y aquellos que muestran inteligencia superior, generalmente conocidos como superdotados.

Para que esta colaboración sea pedagógica, la organización escolar tendrá que convertirse en un sistema abierto que reciba insumos y sobre todo estudiantes del medio ambiente, los prepare para la vida en estrecha cooperación con los padres de familia y así pueda devolver a la sociedad ciudadanos conscientes de su calidad de ser personas, convencidos de los valores democráticos y preparados para enfrentar los retos que la vida presenta al joven cuando se convierte en adulto.

El centro educativo tradicional tiene la posibilidad de convertirse en una comunidad educativa inteligente. Para dar este salto cualitativo se utilizan definiciones conceptuales como actores educativos, visión de sistema, entre otros, necesarios para emprender la transformación administrativa.

Conviene ponerse de acuerdo sobre la visión de sistema y algunos otros conceptos que se convierten en herramientas gramaticales útiles para avanzar en el análisis de esta evolución institucional necesaria.

Con frecuencia los orientadores están cargados de actividades administrativas específicas y no disponen de tiempo para dedicarse a su profesión, en beneficio de los estudiantes.

El liderazgo del centro educativo es una función prioritaria y sin embargo los directores están sobrecargados de muchas y pequeñas actividades que les absorbe prácticamente todo su tiempo.

Las juntas administrativas funcionan marginadas de las actividades diarias del colegio. Funcionan como proveedores y el único contacto que tienen con la institución es en las reuniones con el director. Existen alrededor de 684 Juntas Administrativas y 3.761 Juntas de Educación.

Las actividades administrativas son muy variadas y voluminosas. Están a cargo del asistente del centro educativo, del subdirector en los colegios grandes y del coordinador académico. Se observa cómo varios funcionarios atienden tareas administrativas y académicas a la vez.

La tecnología informática está a cargo del profesor de cómputo, que en la mayoría de los casos no es un docente, es un técnico. Todas las necesidades de comunicación se recargan en el director del centro educativo.

La elaboración del proyecto institucional recae en el director, el cual se apoya en el Consejo Asesor integrado por dos profesores elegidos por el Consejo de Profesores, uno elegido por el director, el coordinador académico y el asistente.

Los alumnos tienen un gobierno estudiantil elegido democráticamente por ellos y las directivas de clase, quienes se dedican a proyectos estudiantiles y a la defensa de sus intereses. Los docentes se organizan en departamentos y asisten al Consejo de Profesores.

La producción de recursos pedagógicos está a cargo de cada profesor, y se confeccionan por su propia iniciativa.

Es hora de convertir los centros de estudio en comunidades educativas inteligentes, mediante la aplicación de una visión de sistema, si queremos para nuestra juventud una educación para el desarrollo sostenible más allá de la excelencia.

*Doctor en Ciencias de la Educación

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Lunes 21 Abril, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Dr. Miguel Ángel Machado Ramírez / [email protected]