Jueves 25, Abril 2024

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° San José, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Alajuela, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Cartago, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Heredia, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Limón, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Guanacaste, CR

  • Pronóstico del tiempo

    ° / ° Puntarenas, CR

Opinión

Alternativas

Estamos celebrando la más importante conmemoración cristiana: la Resurrección de Nuestro Salvador. En la liturgia católica toda esta semana de Pascua es una extensión del domingo de resurrección, pues ese día, como dice San Pablo, hace que la nuestra sea una religión de vivos y que no sea vana nuestra fe.


La redención que con su vida, muerte y resurrección nos trajo Jesús es la más sublime historia de amor: como Él nos lo dijo no hay mayor amor que dar la vida por el amigo. Es la historia de un Dios que ama a sus criaturas; que porque nos ama, nos crea y nos crea libres; que porque nos ama, se abaja a asumir nuestra frágil naturaleza para facilitarnos ser sus amigos; que porque nos ama, nos redime; que porque nos ama nos muestra su naturaleza, también divina, y resucita.


Jesús resucitó para que también nosotros resucitemos. Para que dejemos de lado al hombre viejo, la soberbia, el egoísmo, la arrogancia, y asumamos como un don de Dios la vida del hombre nuevo, la vida del perdón y del amor.


Este es el llamado que siempre nos hace Jesús, y que de manera especial sentimos en estas fechas. Es un llamado personal, es un llamado a todas y a cada una de las personas. Por nuestra dignidad de seres libres, es un llamado al cual cada uno debemos contestar de manera individual, aceptando o rechazando la invitación a vivir en la amistad de Dios.


Como seres sociales, la respuesta al llamado -que es individual- se cumple en comunidad. Es frente al prójimo -y no solo frente a Dios- como vivimos el amor.


Vivir en el amor a Dios y al prójimo nos permite vivir según nuestra intrínseca naturaleza y alcanzar la felicidad. Pero somos débiles, ignorantes y limitados, y pecamos. Por eso el amor que Jesús nos enseña y nos regala es también perdón. Dios nos perdona siempre y nos pide perdonar al hermano setenta veces siete. Amor y perdón a todos, también al enemigo, esa es la regla para la felicidad personal.


Es también la regla para a felicidad en sociedad. Si la cumpliéramos siempre no necesitaríamos ni leyes ni estado.


Necesitamos leyes y estado. Y mejor manejamos unas y otro si en nuestras acciones colectivas procuramos que imperen el amor y el perdón.


Terminó la contienda electoral. Seguiremos teniendo visiones diferentes de cuál es el bien común que debe prevalecer y cuáles los medios más eficientes para alcanzarlo. Pero en medio de esas diferencias debe privar el respeto por el otro, la convicción profunda de nuestra propia ignorancia que bien puede hacer que nuestro criterio sea el equivocado. De aquí la tolerancia por las opiniones ajenas que no significa renunciar a la búsqueda de la verdad y a procurar que ella impere.


Término la contienda electoral. Con perdón por las ofensas que se hayan recibido en el proceso y solicitando perdón por las que se hayan infligido construyamos en el amor la nueva administración.


Por la ignorancia y las limitaciones humanas no se alcanzarán todas las metas de las nuevas autoridades. Pero si asumimos la buena fe en los demás, aceptamos la posibilidad de estar equivocados, toleramos las diferencias y sobre todo tratamos de basar nuestras interacciones en el perdón y el amor, lograremos mucho más y seremos más felices.


¡Resucitemos!

PERIODISTA:

EMAIL:

Lunes 21 Abril, 2014

HORA: 12:00 AM

CRÉDITOS: Por: Miguel Ángel Rodríguez.

Enviar noticia por correo electrónico

SIGUIENTE NOTICIA

ÚLTIMA HORA