No se necesita ser un experto en vialidad para darse cuenta que a pesar de que tiene 4 años de haber sido inaugurada, la ruta hacia Caldera es una bomba de tiempo que explotaría en cualquier momento, el cual podría no solo afectar el uso de la vía, sino además los mantos acuíferos.
A pesar de las diversas llamadas de atención que hizo la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) desde 2009 y los últimos informes reiterativos del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme), donde insisten en las deficiencias en varias partes de la carretera que ponen en peligro la vida de los conductores, el Gobierno y la empresa concesionaria han hecho muy poco para remediarlo.
Según apuntaron expertos en vialidad ambiental de Setena, los problemas que hoy presenta la ruta pudieron haberse remediado, si se hubieran tomado en cuenta las recomendaciones realizadas por la Secretaría y si esta hubiese hecho la fiscalización debida. No obstante, los expertos consideran que la prisa en ponerla en funcionamiento hizo que incluso sobre la marcha se realizaran cambios en las sugerencias del Consejo Técnico para evitar que con esto no pudiera ser inaugurada por el gobierno de turno.
Prueba de ello es un informe elaborado por ingenieros de la Secretaría en abril del 2009, y del cual DIARIO EXTRA tiene copia, donde por la gravedad de los problemas encontrados se recomendó la suspensión de la vialidad ambiental, pero eso se modificó sin que aparezca en el expediente razones que lo justifiquen.
Dentro de los problemas encontrados en ese momento estaba el rompimiento de los sellos naturales del acuífero de Barva, la no implementación de planes remediales para todos los escombros y botaderos, de manera que en la actualidad, todavía el material sigue cayendo sobre la capa asfáltica, especialmente en invierno, y algunos problemas con los cortes de taludes realizados por la constructora.
Los expertos de Setena, quienes por temor a represalias insisten en mantener su anonimato, aseguran que de realizarse nuevos estudios de seguimiento sobre la aplicación o no de los planes remediales ordenados por la Secretaría demostrarían que la mayoría de ellos sigue sin realizarse. Razón por la cual todavía la carretera está en proceso de construcción y no ha sido entregada al Gobierno, pese a que tiene 4 años de estar cobrando y recibiendo ganancias a través del cobro de los peajes.
