La Catedral Metropolitana, además de vivir una semana de reflexión y acercamiento a Dios, está de manteles largos porque doce de sus vitrales cumplen nada más y nada menos que 100 años.
Estos fueron traídos desde Francia y tuvieron un valor de ¢72 mil, para aquella época pueden rajar que salieron caro, los contrataron en la casa del fabricante Mr. Charles Champigneulle.
Tienen un significado especial porque 4 de ellos retratan ciertos momentos del patriarca San José y otros tienen la figura de algunos santos.
Cada una de las obras mide 360 centímetros de alto por 180 centímetros de ancho; en el caso de los que tienen relación con el Patrono de la Iglesia Universal retratan por ejemplo el desposorio con la Bienaventurada Virgen María, su trabajo en el taller de Nazaret y por último su tránsito mortuorio.
Un detalle que pocos conocen es que estos se complementan con los cuatro ornamentales de los tímpanos de las puertas donde están el corazón de Jesús y María.
PERIODISTA: Sandra Cordero G
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Miércoles 16 Abril, 2014
HORA: 12:00 AM