La columna de Jaime Ordóñez
AZDAK.- Todo será investigado, descubierto. Es mejor que uno mismo se entregue. ¿Por qué? Porque no se puede escapar del pueblo. Que quede constancia de cómo gritaba yo por la calle de los Zapateros: '¡He dejado escapar al Gran Sinvergüenza por ignorancia, hacedme pedazos hermanos!' Para adelantarme a todo.
El PRIMER CORACERO.- ¿Y qué te respondieron?
SHAUVA.- Lo consolaron en la calle de los Matarifes y se echaron a reír en la de los Zapateros. Eso fue todo.»
Las actuaciones del Fiscal General de Costa Rica —quien ha confirmado que, sin que exista orden judicial autorizándolo, practica un procedimiento sistemático de escuchas y de intervención contra periodistas del Diario Extra— constituye una clara violación de la “Convención Americana sobre Derechos Humanos (Artículo 13 e interpretación de la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos) y del “ Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de las Naciones Unidas”, del año 1966, ambos instrumentos ratificados por el Estado de Costa Rica.
La actuación del Ministerio Público también suponen una violación expresa a lo determinado por la “Relatoría Especial de Libertad de Expresión” de la Organización de Estados Americanos (OEA), entidad creada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ver Artículo 2, el cual indica que un periodista cuenta con garantías para reservarse la identidad de sus fuentes de información, garantías que también resultan de instrumentos internacionales ratificados por los Estados (ver en ese sentido artículo "La protección de la identidad de las fuentes periodísticas a la luz de los instrumentos internacionales de derechos humanos y los estándares de sus órganos de aplicación").
Hay cosas que no se pueden dejar pasar, sobre todo cuando tocan las esencias de una sociedad democrática y libre. La gobernabilidad y la investigación judicial jamás pueden trasgredir las libertades civiles y los derechos fundamentales de los ciudadanos. Si se cruza esa frontera, se violenta la democracia. Antes la DIS lo hacía sin permiso judicial (a hurtadillas y secreto) y ya era una grave violación contra la democracia. El reconocimiento orondo que ahora hace el Ministerio Publico de ese procedimiento lo que hace es sacralizar esa violación. Y tan grave como la actuación del Fiscal, es la “convalidación” que la Sala Constitucional otorgó a ello hace algún tiempo, lo cual debería corregido y con urgencia con el Recurso de Amparo presentado hace 72 horas por el Grupo Extra.
En mi doble condición de ciudadano y catedrático de la Facultad de Derecho de la UCR le solicito a la Corte Plena y a la Sala Constitucional intervenir y corregir este asunto. Permitir estos procedimientos nos hace rebajarnos como sociedad y país a las prácticas de los estados totalitarios. Nos hace retroceder aún más atrás, a las entrañas de formas autoritarias que tienen su raíz en la llamada “razón de Estado”, la cual tanto daño les hizo a las democracias.
A veces no hay margen para las tibiezas ni para las medias tintas. No en vano he recordado a los lectores estos personajes de Brecht, Azdak y Chauva, que narran y personifican “la persecución de la verdad” (todo personaje es una metáfora en el Círculo de Tiza Caucasiano) en Georgia, en la Unión Soviética de la post-guerra, escrita en pleno auge del nazismo y sólo representada después, en 1954, en el famoso teatro berlinés Theater am Schiffbauerdamm. Porque —parafraseando también a Brecht en otro de sus famosos pasajes— hoy son los periodistas los investigados y hostigados. Pero mañana podemos ser también usted y yo, estimado lector.
PERIODISTA:
EMAIL:
Lunes 27 Enero, 2014
HORA: 12:00 AM
CRÉDITOS: Por: Jaime Ordoñez
SIGUIENTE NOTICIA