¿Se ha imaginado cruzar todo el país de punta a punta? Muchos ni lo consideran porque piensan que no van a llegar, mientras que otros lo ven como algo imposible.
Para don Javier Barrantes esto no fue impedimento, pues a sus 83 años logró esta proeza demostrando que las vueltas que tiene acumuladas no le pesan y más bien le dan más fuerza para cumplir este tipo de retos, al que él mismo llamó como “El Sueño Dorado”.
“Se llama así porque es un sueño que hemos tenido y dorado porque yo tengo 83 años, me hicieron un chequeo médico y gracias a Dios salí con toda la pata. Yo le recomiendo a ancianos y niños llevar una vida sana y con mucho ejercicio para tener buena condición y excelente salud”, dijo muy entusiasmado don Javier, antes de iniciar con su largo camino.
Este ciudadano de oro recorrió en total 325 kilómetros desde el pueblo donde vive, en Osa, Puntarenas, hasta Santa Cruz, Guanacaste, marcando un paso arrollador desde que inició.
Don Javier es oriundo de Santa Cruz, pero a sus 16 años se trasladó a vivir a Ciudad Cortés, en Osa, y cada año va a visitar a sus familiares, a raíz de esto uno de sus hijos le planteó la idea de ir, pero en bici hasta ese lugar y de paso aprovechar la ocasión para hacer ejercicio, a lo que él sin dudarlo dijo: “Diay, ¿qué hacemos aquí? Vámonos”.
A pesar de su edad, Barrantes se mantiene firme y con muy buena condición física, porque toda su vida se ha dedicado a andar en bicicleta.
Su hijo Javier cuenta que su padre fue sastre por más de 60 años y las entregas de pantalones las hacía justamente en su bicicleta.
Hecho en 3 días
Según Barrantes, uno de los objetivos claves del “Sueño Dorado” es la unión familiar, por ello, sus tres hermanos se organizaron para que a cada uno le correspondiera una tarea distinta durante el viaje que estaba previsto para que durara cuatro días; sin embargo, lo terminaron 24 horas antes.
“Nosotros somos cuatro hermanos, a mi me ha correspondido lo que es la preparación física de mi padre, mi papá y yo somos los ciclistas y tengo un hermano que cuenta con una moto y él va asistiéndonos mecánicamente, mi hermana es enfermera profesional y va con mi hermano en moto, en caso de deterioro de la salud, y el otro hermano lleva una microbús donde va la ropa, las colchonetas, los repuestos, herramientas, hidratación, frutas y todo lo demás”, acotó.
Barrantes explicó que durante el viaje, tuvieron todo bajo control, pues hicieron paradas especialmente en las horas cuando el sol está más fuerte, ya que quisieron evitar un desgaste innecesario debido a la deshidratación y además, sirvió para no sufrir quemaduras en la piel.
SE PREPARARON PARA HACERLO
Desde junio del año anterior, tanto el padre, como los tres hijos se han esforzado por entrenar: han recorrido las principales calles de Ciudad Cortes, Palmar, Sierpe y en la Costa del Pacífico para llegar bien físicamente, pues para ellos es de suma importancia salir todos los días por las mañanas para tener un buen ritmo y no sufrir un contratiempo durante el camino.
Para esta familia, pero en especial para don Javier, esta travesía no fue inventada de un día para otro, sino que más bien fue una actividad planificada, pues esto representa las ganas que tiene de luchar, la constancia y el esfuerzo por alcanzar las metas y anhelos.
Además, es una manera de demostrarles a muchas personas que con dedicación y amor, hasta las cosas que parecen imposibles se pueden lograr, ya que para ellos la edad no es un obstáculo.
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CRÉDITOS: Fotos: Sidney Brown, corresponsal
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Sábado 25 Enero, 2014
HORA: 12:00 AM
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