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Opinión

Editorial

Las autoridades de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena) anunciaron la fecha para la reanudación de la audiencia pública que, dentro del proceso para otorgar la viabilidad ambiental al proyecto de la nueva terminal muellera en Limón, se requiere.

 

De todos es conocido el estira y encoge que alrededor de esta iniciativa ha sumido a dos gobiernos frente al Sindicato de Japdeva y causado toda una polémica en la provincia de Limón, donde hay partes a favor y en contra del mismo.

 

Sin embargo, a vista y paciencia de todos, el Caribe merece encontrar opciones reales de un mayor desarrollo el cual permita combatir los niveles de pobreza, favoreciendo opciones de empleo reales y a la vez abriendo caminos para que la criminalidad y todos sus flagelos no se conviertan en el medio de subsistencia de muchos.

 

Esta zona tiene el potencial para generar niveles de vida más óptimos para sus ciudadanos, su riqueza cultural y natural, pero sobretodo su gente son las mejores herramientas con las cuales se cuenta para ese impulso, aunque para ello requieren de un empuje fuerte.

 

Ciertamente es urgente que se plantee si el proyecto de la nueva terminal en las condiciones convenidas con el Gobierno es la mejor opción para impulsar el desarrollo en la provincia y a la vez generar progreso nacional, pero debe hacerse de la forma más responsable y con altura.

 

No se trata de abrazar cuanta propuesta nos brinden y en los términos adecuados para privados, cuando el interés superior es del Estado, en ello los funcionarios públicos deben de poner las barbas en remojo. Sin embargo, tampoco se deben desechar porque a unos pocos no les sirva o no les guste. La cordura tiene que existir.

 

Las autoridades deben escuchar la voz del pueblo limonense, sin manipulaciones de ningún tipo. Un proyecto de tal envergadura exige transparencia y las cuentas claras son las mejores formas de convencer.

 

La audiencia pública programada para el 25 de enero, previo al calor de las elecciones como dato curioso, no puede volver a caer en los artilugios de la vez pasada, los limonenses tienen que pronunciarse sobre si desean o no esta opción.

 

Hablamos de un proyecto de $1.000 millones, al cual se le exige que todas las garantías de beneficios para la población, que a la fecha se han puesto sobre el tapete, se ejecuten.

 

Setena debe no sólo tomar en cuenta la posición de los pobladores y grupos en favor y en contra, también están obligados a realizar los estudios técnicos necesarios para dar fe de un mínimo impacto al medio ambiente.

 

Ojalá que en esta ocasión se puedan concluir de forma sana los procesos, pues se trata de un asunto que lleva ya varios años en pugna y en donde la expectativa de beneficio en la provincia caribeña se encuentra en el aire, siendo injusto para quienes están a la espera de nuevas oportunidades para salir adelante.

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Lunes 13 Enero, 2014

HORA: 12:00 AM

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