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Deportes

Las canas cambiaron a Pinto

  • En 2005, siendo timonel de la Tricolor, visitó DIARIO EXTRA para hablar de fútbol, lo que a él le gusta

  • Jorge Luis Pinto vive con intensidad el fútbol

El Jorge Luis Pinto Afanador de hoy es muy diferente al de hace unos años. Ahora es más abierto, más flexible en algunas cosas, tolerante, paternal con sus jugadores, menos autoritario, más ameno y cercano con la prensa.

 

Las canas lo hicieron cambiar y esa trasformación es parte del secreto que lo condujo a clasificar a la Tricolor al Mundial de Brasil; cumpliendo el sueño de toda su vida de estar en la máxima cita planetaria no como espectador, sino como protagonista directo.

 

Dice que los años y los golpes cambian a las personas. Pinto dejó de ser cabezón para enmendar los errores que lo hicieron fracasar en su primera parada con la Sele (2004-2005) y con su natal Colombia (2007-2008).

 

En 2002 que se hizo cargo de Liga Deportiva Alajuelense se presentó exigente, trabajador y responsable, pero también dictador, malencarado y chichoso.

 

“Prefiero pecar de exigente y disciplinado que de relajado y vagabundo”, dijo el cafetero ese año.

 

Su ADN como entrenador era serio, parco, poco amistoso, aunque siempre de buen vestir y de andar los libros bajo el brazo.

 

Gabriel Ochoa Uribe, quien llevó a Pinto al equipo Millonarios cuando daba sus primeros pasos allá por 1984, lo describe como un excelente líder, de fácil expresión, analítico, estudioso y muy trabajador, en una entrevista que concedió a la prensa colombiana años atrás. Pero también señala: “no hay duda de que el mal genio es su talón de Aquiles. Quizá los golpes de la vida lo fueron formando con un temperamento fuerte”. 

 

Por esa forma de ser se ganó muchos problemas con futbolistas, dirigentes, aficionados y periodistas. En Colombia demandó a un periodista por difamación, con el que mantuvo una guerra verbal por mucho tiempo.

 

Hacía de policía llamando o visitando a sus jugadores por la noche para comprobar que estaban en sus casas y que no andaban en bares. O se daba vueltas por lugares nocturnos para ver si se encontraba a uno de sus dirigidos.

 

El de Santander recomendó en 2008 a la directiva del Alianza peruano vigilar a los futbolistas argumentando que esta práctica le dio resultados en 1997, año en el que salió campeón con este club tras 18 años de sequía. “A muchos les parecía chistoso que me apareciera en sus casas algunas madrugadas para comprobar que estaban durmiendo. También los llamaba a las horas más insospechadas”, citó Pinto aquel entonces.

 

Eso lo hizo también con Alajuelense y la primera vez que estuvo con la Selección Nacional. Era mano dura para aquellos que se negaban portar los colores patrios, como ocurrió con el exdelantero Froylán Ledezma en 2004, al no llegar a un entrenamiento. “Como mínimo uno debe ser responsable cuando es llamado a una selección. Es claro que se debe tener amor por la camiseta, es un compromiso muy serio representar al país”.

 

En Colombia actúo igual con el artillero Tressor Moreno. “Personalmente se lo expresé a él, con el capitán como testigo y con el cuerpo técnico”.

 

 

CAMBIO RADICAL

 

 

Pero como él mismo lo mencionó en algún momento: “el fútbol también evoluciona como lo hace el mundo, los carros, las computadoras, por eso también hay que estar evolucionado y empaparse de esos cambios”. Y él evolucionó, sabedor de que algunas prácticas no le dejaban nada.

 

Por eso el Jorge Luis Pinto de ahora es muy diferente. Los años lo fueron moldeando y sumado a las decepciones desapareció aquella bravura. Ya no es de mano dura, por el contrario, se pasa de mano blanda.

 

Ejemplos concretos que lo señalan así son el de Cristian Bolaños y José Salvatierra. El primero fue sancionado por rechazar una convocatoria sin razón aparente y el segundo chocó su carro en estado de ebriedad cuando horas después tenía que entrenar con la Sele. Los 2 se mantuvieron en el proceso, cosa que el Pinto de antes no hubiera tolerado. También dijo en cualquier momento podría convocar a Esteban Alvarado, quien abandonó una concentración.

 

Con la prensa es mucho más abierto y ya no lo perturban los críticos, que muchas veces se ensañan contra él por puro capricho.

 

“Hasta ahora se me reconoce lo que hice con Costa Rica y Colombia en el pasado, a las dos selecciones las dejé clasificadas cuando me sacaron”, dijo Pinto el martes.

 

Las lágrimas que derramó en medio del festejo pinta al Jorge Luis Pinto más humano, más gente. Al Jorge Luis Pinto de hoy.

 

Solo los ríos no se devuelven y el DT tomó un rumbo diferente que hoy lo tienen en la Copa del Mundo.

 

En Jamaica también se dio un detalle que certifica el cambio del timonel. El lunes no tenía programado atender a la prensa, sino que lo haría el martes por la mañana, pero ante la petición de DIARIO EXTRA aceptó dialogar sin poner peros.

 

Por supuesto que sigue teniendo su metodología de trabajo de la cual no se va a desprender, manejando su leyes que son inviolables y que lo han hecho un técnico exitoso, pero también se dio cuenta que nadar contra corriente no lo llevarían a ningún lado.

 

El que ahora los jugadores utilicen sin restricción las redes sociales, celulares y otro tipo de tecnología en las concentraciones seguramente años atrás con Pinto sería inimaginable. Pinto cambió para bien y hoy nos tiene en el Mundial, y entró a la historia como el primer timonel extranjero que nos clasificó a una cita mundialista.

 

 

*Se consultaron entrevistas que concedió el timonel años atrás.

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Jueves 12 Septiembre, 2013

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